En 1933 Lucas Cascante cruzó el cerro a pata pelada desde la zona de los Santos.
Llegó a San José de Rivas de Pérez Zeledón y ahí se hizo de una finca en la que crio 15 niños.
80 años después sus hijos descubrieron un cementerio indígena y a partir de ahí realizaron un centro turístico con pozas, caídas de agua y un mirador.