“Enemistad con Dios”.
Ese es el delito por el que han sido ahorcadas dos personas por su implicación en las protestas que sacuden la República Islámica de Irán.
Y que hunde sus raíces en la sharía o ley del islam.
Ese mismo “delito” es el que puede llevar a la muerte al futbolista iraní Amir Nasr-Azadani.
Quien había participado de las protestas en favor de los derechos humanos de las mujeres que sacuden al país y ahora enfrenta la pena máxima.
Las manifestaciones comenzaron por la muerte de Mahsa Amini tras ser detenida por la Policía de la moral.
Por no llevar bien puesto el velo islámico en septiembre, pero los manifestantes piden ahora el fin de la República Islámica fundada por el ayatolá Ruholá Jomeiní en 1979.
Tras casi tres meses de movilizaciones, más de 400 muertos y miles de detenidos, las autoridades han comenzado a ejecutar a manifestantes para tratar de controlar unas movilizaciones protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres, que piden más libertades.