Hace casi un mes, Wilson rompió la correa que lo unía a su guía y se lanzó a la selva colombiana tras el rastro de 4 niños extraviados que sobrevivieron a un accidente de avioneta en Colombia. Los niños aparecieron, pero el paradero del perro es desconocido.
Según información de su guía canino, el animal resguardó a los niños y sus huellas fueron claves para hallarlos con vida. Sin embargo, el General Pedro Sánchez, comandante del Grupo de Operaciones Especiales de Colombia, dijo que, tras semanas de búsqueda, se suspendería la búsqueda de Wilson debido a la falta de resultados.
“Wilson seguramente será recordado como ese héroe de cuatro patas que participó de la Operación Esperanza. Aunque empleamos todas las capacidades humanas y tecnológicas, fue imposible hallarlo”, dijo el general Pedro Sánchez al medio local Noticias Caracol.
Wilson, el perro que ayudó a encontrar a los niños perdidos en Colombia, dejó de ser buscado
El pastor belga había sido entrenado para este tipo de espacios, pero la cantidad de tiempo que ha pasado desde que se perdió ha reducido las esperanzas de encontrarlo. Otra dificultad es que el can no tenía un localizador de GPS porque estas mascotas normalmente permanecen juntos a sus guías humanos.
El ejército y familiares de los indígenas sospechan que Wilson fue el primer miembro del equipo de búsqueda en tener contacto con los hermanos. Semanas atrás, para recuperarlo el general Sánchez había explicado que usaron “dos perras en celo”.
“Wilson está castrado, sin embargo, esperamos que se le active su instinto y vaya hacia las perras”, explica el general Pedro Sánchez, quien comandó la operación de rescate de los menores.
Otro pastor belga desciende desde las alturas atado a un arnés en la Escuela de Ingenieros Militares. En unos meses el animal repetirá el ejercicio desde un helicóptero.
Wilson formaba parte de la “Camada W”
Wilson, el más fuerte de la “Camada W” —llamada así porque todos los cachorros fueron bautizados con nombres que inician con esa letra—, se formó durante 14 meses en esta Escuela ubicada en el suroriente de la capital.
“Era el perro que estábamos buscando: fuerte, que no tuviera miedo, que fuese muy curioso”, recuerda Fontecha.
Casi 60 canes se entrenan aquí para detectar explosivos o drogas, hacer rescates bajo edificios colapsados o rastrear personas en misiones humanitarias, la especialidad de Wilson.
Este tipo de perros se entrenan en binomios: se les asigna un único “guía” militar que los acompaña a lo largo de su vida en distintas operaciones. Cristian David Lara, la dupla de Wilson, permanece en la selva para intentar encontrarlo.