Autoridades de Salud indicaron que más de un millón de vacunas contra la COVID-19 se perdieron.
La principal razón de esta pérdida es por el ausentismo, es decir, falta de personas dispuestas a vacunarse.
Yorleny Cabalceta, enfermera, indicó que estas pérdidas son “principalmente, porque las personas no están acudiendo“.
Desde que se comenzó a vacunar contra la COVID-19, la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) maneja los siguientes datos con respecto a las dosis no aplicadas:
- De 6 meses a 4 años: 177 748 vacunas se perdieron.
- De 5 a 11 años: 180 074 dosis se descartaron.
- Mayores de 12 años: 645 733 dosis se perdieron.
Mayores de 12 años son los más ausentes en los vacunatorios de la CCSS según estos datos.
Los efectos secundarios varían de acuerdo a cada persona y también la gravedad de los mismos.
Pero los principales efectos secundarios son: dolor de cabeza, dolor de brazo, fiebre y malestar en el cuerpo.
La pérdida de vacunas también genera un gasto económico para el país.