Con luces en los techos, ventanas, puertas y en los árboles, de esta forma vecinos de San Joaquín de Flores reciben la época navideña. Cerca de 2500 luces iluminan la ilusión de grandes y pequeños a lo largo de 400 metros de este cantón, el más pequeño del país. Por años, esta iluminación se ha convertido en toda una tradición, a la que asisten incluso personas de varios puntos del país.