Redacción
Repretel.com
El Programa de Ciencia y Seguridad Global (SGS, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Princeton, desarrolló una simulación de una posible escalada bélica entre Estados Unidos y Rusia y en efecto, el resultado sería devastador.
Habría más de 90 millones de muertos y heridos, apenas en las primeras horas del conflicto. Más específicamente, los muertos ascenderían a 34,1 millones y los heridos a 57,4 millones, según las estimaciones del proyecto.
“Este proyecto está motivado por la necesidad de poner de manifiesto las consecuencias potencialmente catastróficas de los actuales planes de guerra nuclear de Estados Unidos y Rusia”, señala el SGS en su página web.
La cifra de víctimas mortales se limita a las muertes provocadas por las explosiones nucleares. Ese número aumentaría significativamente por las muertes producidas por la lluvia radiactiva y otros efectos a largo plazo.
Según detalló Infobae, la simulación comienza en el contexto de un conflicto convencional, para luego terminar en una guerra nuclear total entre Estados Unidos y Rusia. En las imágenes se puede observar la lluvia de ojivas nucleares lanzadas por Moscú contra suelo norteamericano y contra bases de la OTAN en Europa, y viceversa.
Las consecuencias de una guerra nuclear podrían ser catastróficas para la humanidad y para el planeta Tierra, aseguran expertos.
“La onda de choque y el calor que crea la detonación de una sola arma nuclear pueden acabar con la vida de millones de personas de inmediato. Pero aún mayor es la devastación que seguiría a una guerra nuclear”, explicó Max Roser, fundador y director de Our World in Data, la organización de medición de datos mundial que depende de la Universidad de Oxford.
La primera razón de esto es la lluvia radiactiva: “El polvo radiactivo de las bombas que detonan se eleva a la atmósfera y se esparce por grandes áreas del mundo desde donde cae y provoca niveles letales de radiación”.
“La segunda razón es menos conocida. Pero ahora se cree que esta consecuencia, el ‘invierno nuclear’ y la hambruna mundial que le seguiría, es la consecuencia más grave de la guerra nuclear”, explica Roser.
Estas consecuencias significan que la destrucción causada por las armas nucleares no se limita al campo de batalla. No solo dañaría al país atacado. La guerra nuclear devastaría a todos los países, incluido el atacante.
A nivel global, dos años después de la guerra, la producción de alimentos disminuiría en un 80%. Dichas reducciones serían también más acusadas en la zona templada del hemisferio norte, donde llegarían al 99%.
“A pesar de los esfuerzos diplomáticos de las últimas semanas se están abriendo escenarios cada vez más alarmantes”, advirtió semanas atrás el papa Francisco.