Una contundente mayoría en Chile rechazó este domingo la propuesta de Constitución.
Que buscaba cambiar la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) por otra con más derechos sociales.
En un resultado que superó las expectativas más optimistas de la oposición conservadora.
En gran parte del país se impuso la opción en contra de la nueva carta magna.
Más de 15 millones de electores estaban convocados a las urnas en una jornada con alta participación por voto obligatorio.
Unos 12,8 millones de ellos han votado en este gran llamamiento electoral.
La realización del referéndum sobre una nueva carta magna, había contado con el apoyo de casi 80% del electorado en un plebiscito de octubre del 2020 que abrió el proceso constituyente.
Dos años después, el “apruebo” venció casi únicamente entre una mayoría de chilenos en el exterior, donde había unos 100.000 electores inscritos.
El nuevo texto, consagraba un “Estado social de derechos”, en respuesta a reclamos expresados en las masivas manifestaciones de octubre del 2019.
El proyecto mantenía una economía de mercado, pero aspiraba a consagrar un nuevo catálogo de derechos sociales en materia de salud, aborto, educación y pensiones, con énfasis medioambiental y una “plurinacionalidad” indígena.
Precisamente, entre los elementos que más divisiones provocaron del proyecto, está haber consagrado la plurinacionalidad indígena.
Y haber incluido en su nuevo catálogo de derechos sociales el aborto, el derecho a la vivienda “digna” en un texto con un marcado énfasis medioambiental que, sin embargo, mantenía el modelo de economía de mercado.