La Policía francesa debió enfrentar a unos 300 inmigrantes indocumentados en las cercanías del puerto de Calais, quienes atacaron a ingleses y galeses que retornaban a través de las autopistas por el paso de Dover del Canal de la Mancha luego de asistir a partidos de la Eurocopa 2016 en el país galo.
Un grupo de esos manifestantes intentaron abordar los ómnibus en medio de la autopista y subirse a los camiones con destino al Reino Unido. Al verse imposibilitados comenzaron a arrojar piedras contra los vehículos al grito de "¡Al carajo Reino Unido!".
El caos generado en el tránsito y el miedo de los automovilistas aumentaron cuando las fuerzas de seguridad francesas arrojaron gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.