El 12 de abril se cumplieron 60 años del primer vuelo tripulado al espacio. El ruso Yuri Gagarin fue el primer ser humano que atravesó los límites de la Tierra rumbo a lo desconocido.
Hoy hay estatuas que recuerdan lo realizado por Gagarin y su valentía. Esto último debido a que la misión, en la nave espacial Vostok, tenía altas probabilidades de fracasar, por lo que el cosmonauta puso su vida al servicio de la humanidad.
Los expertos afirman que hoy sería impensado realizar un viaje espacial en esas condiciones. Una nave de poco más de dos metros de diámetro, en la cual Gagarin ni siquiera podía tocar los controles de la nave. El cohete que lo lanzaría había tenido tantos vuelos fallidos como exitosos.
“Si la nave espacial Vostok se presentara a los científicos de hoy, nadie votaría a favor de lanzar una cosa tan improvisada como esa al espacio”, dijo el ingeniero Boris Chertok casi 50 años después de la misión, en su libro Rockets and People.
Chertok reconoce que en ese momento firmó documentos declarando que todo le parecía bien y que garantizaba la seguridad de la misión. “Nunca lo habría firmado hoy. He ganado mucha experiencia y me he dado cuenta de cuánto nos arriesgamos”.
“De acuerdo a los estándares modernos para la seguridad de los cohetes, no teníamos ninguna razón para ser optimistas antes de 1961. Ese año tuvimos al menos ocho lanzamientos exitosos seguidos”, dijo Chertok en su libro.
De los cinco lanzamientos de satélites en 1960, cuatro lograron despegar. De estos, solo tres lograron salir de la órbita de la Tierra, y solo dos aterrizaron. Y de los dos que regresaron a la Tierra, solo uno aterrizó con normalidad.
“Estaba en una nube de fuego cayendo hacia la Tierra”, recordó más tarde Gagarin. Las temperaturas en la cápsula se volvieron peligrosamente altas y el cosmonauta dio vueltas frenéticamente, casi perdiendo el conocimiento.
Los cables que conectan la cápsula espacial con el módulo de servicio no se separaron antes del regreso de Gagarin a la Tierra. Así que la cápsula arrastró inesperadamente un módulo adicional cuando aterrizó.
Pasaron 10 minutos antes de que los cables finalmente se quemaran producto del calor. Afortunadamente el módulo de descenso se soltó y el cosmonauta pudo aterrizar sano y salvo.
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