El sonado caso de los hermanos Menéndez está por dar un giro, ya que un juez podría tomar la decisión sobre si el proceso se reabre y, por ende, sobre su posible salida de prisión.
Erik y Lyle Menéndez fueron condenados en 1996 por asesinato en primer grado y conspiración para asesinar a sus padres, José y Kitty Menéndez. Durante el juicio, alegaron haber actuado en defensa propia tras años de presunto abuso sexual por parte de su padre.
A pesar de sus afirmaciones, fueron sentenciados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
“Después de una revisión muy cuidadosa de todos los argumentos presentados por personas de ambos lados de esta ecuación, llegué a un punto en el que creo que, según la ley, una nueva sentencia es apropiada y voy a recomendar eso a un tribunal mañana”, declaró el fiscal del distrito del condado de Los Ángeles, George Gascón.