El poderoso telescopio espacial James Webb de la NASA, ubicado a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra logró observar una antigua galaxia, muy difícil de enfocar por telescopios terrestres, que aparece y desaparece de su vista.
Se trata de la galaxia AzTECC71, nacida sólo 900 millones de años después del Big Bang, cuando el universo estaba girando sobre sus primeras estrellas, eones absolutos y miles de millones antes de que naciera nuestro Sistema Solar.
La visión que el Telescopio Espacial James Webb tiene de esta galaxia como una nebulosa mancha de luz está muy lejos de muchas otras imágenes gloriosas de galaxias y cúmulos de galaxias en su repertorio. Sin embargo, incluso esta mancha contiene lecciones importantes para nuestra comprensión del universo primitivo.
“El hecho de que incluso algo tan extremo sea apenas visible en las imágenes más sensibles de nuestro telescopio más nuevo es muy emocionante para mí. Esto potencialmente nos está diciendo que hay toda una población de galaxias que se han estado escondiendo de nosotros”, precisó el astrónomo Jed McKinney, de la Universidad de Texas, autor del estudio científico publicado con las novedades en Astrophysical Journal.
Esto podría significar que el universo primitivo era mucho más polvoriento de lo que se pensaba anteriormente, sostienen los científicos, arrojando un poco más de luz sobre cómo evolucionó desde que ocurrió el Big Bang hace aproximadamente 13.800 millones de años.
AzTECC71 fue detectado por primera vez como una mancha de luz incomprensible por el Telescopio James Clerk Maxwell en Hawai. Posteriormente también fue vista por el radiotelescopio ALMA en Chile. Luego, sin embargo, pareció desaparecer en las imágenes tomadas por el Telescopio Espacial Hubble. “Esta cosa es un verdadero monstruo. Aunque parece una pequeña masa, en realidad está formando cientos de nuevas estrellas cada año“, dijo McKinney.
Como parte de un esfuerzo internacional para mapear las estructuras más tempranas del universo (en un trozo de cielo del tamaño de tres lunas llenas visto desde la Tierra), McKinney y sus colegas buscaron la galaxia en los datos recopilados por el JWST. El poderoso y sin precedentes ojo infrarrojo de este observatorio es capaz de observar las espesas nubes de polvo que prevalecían en el universo primitivo.
Antes del JWST, estas galaxias eran casi imposibles de buscar. La luz de las estrellas en formación, situadas en lo profundo de galaxias cubiertas de polvo, fue absorbida en longitudes de onda ópticas por el propio polvo y reemitida en longitudes de onda más débiles y más largas que el JWST puede captar. Una de cada cinco galaxias de este tipo había permanecido invisible para el Hubble, formando un grupo de lo que los astrónomos llaman “galaxias oscuras del Hubble”.
“Eso significa que nuestra comprensión de la historia de la evolución de las galaxias está sesgada porque sólo estamos viendo galaxias no oscurecidas y menos polvorientas”, dijo McKinney.
En un futuro próximo, McKinney y su equipo planean descubrir más galaxias débiles y ocultas con datos del JWST, que no sólo pueden “mirar hacia los confines más lejanos del universo, sino que también pueden perforar los velos polvorientos más espesos”.
El telescopio espacial James Webb (en inglés, James Webb Space Telescope (JWST)) es un observatorio espacial desarrollado a través de la colaboración de 14 países, construido y operado conjuntamente por la Agencia Espacial Europea, la Agencia Espacial Canadiense y la NASA para sustituir los telescopios Hubble y Spitzer.
El JWST ofrece una resolución y sensibilidad sin precedentes, y permite una amplia gama de investigaciones en los campos de la astronomía y la cosmología. Uno de sus principales objetivos es observar algunos de los eventos y objetos más distantes del universo, como la formación de las primeras galaxias. Este tipo de objetivos están fuera del alcance de los instrumentos terrestres y espaciales actuales. Entre sus objetivos están incluidos estudiar la formación de estrellas y planetas y obtener imágenes directas de exoplanetas y novas.
Entre sus principales características técnicas hay que destacar el espejo primario de JWST, compuesto por 18 segmentos hexagonales que, combinados, crean un espejo con un diámetro de 6,5 metros, un gran aumento con diferencia sobre el espejo utilizado por el Hubble, de 2,4 metros, el parasol y cuatro instrumentos científicos.