Como un ejemplo de superación, Leonardo Bermúdez relató las diversas dificultades que tuvo que atravesar para conseguir su ansiado sueño de convertirse en contador a sus 40 años, luego de compartir su estancia universitaria con el trabajo de barrendero en la ciudad de Salta, en Argentina, por 18 años.
El ahora profesional conforma con su pareja una dupla de contadores y, aunque aún tiene que acostumbrarse a su nueva vida, no piensa darse por vencido a pesar de su edad. “Sé que arrancar de nuevo a los 40 no es fácil, pero no voy a bajar los brazos”, expresó.
El padre de familia contó en una entrevista que las cosas nunca se tornaron fáciles en su meta por conseguir la profesionalización; puesto que, a pesar de haber iniciado la carrera tras salir del colegio, tuvo que dar una pausa para aportar ingresos en su hogar.
“El 2001 fue una época muy difícil, y no se justificaba ni estaba bien visto que un chico de 19 años se dedicara al estudio sin generar ingresos”, explicó. Sin embargo, tiempo después, Bermúdez encontraría el oficio que le permitió conseguir su profesionalización: ser barrendero.
En el 2017, regresó a la Universidad Nacional de Salta (UNSA) para poder culminar su carrera. “Encontré el trabajo que tengo actualmente en el barrido de calles en la ciudad de Salta, que me permitió tener un sustento y horas para dedicarme a la carrera”, contó.
Además, Leonardo señala que encontró dos razones que lo motivaron para alcanzar su ansiado sueño: el nacimiento de su hija y la posterior profesionalización de su esposa.
“Mi señora tuvo a nuestra hija en febrero por parto natural, y en marzo ya estaba cursando. Fue un esfuerzo impresionante, fue complicado, pero siguió y cerró su carrera en 2015″, reveló.
El ahora contador define a la “intensidad, determinación, y fuerza” como la principal fórmula que le permitió conseguir su ansiado sueño.
Leonardo es consciente de que su edad es su nuevo reto en su camino como profesional. No obstante, también la considera como una ventaja, ya que la experiencia que le pudo haber brindado la vida es, para él, su principal arma.
“Sé que con 40 años quedo afuera de muchas cosas, que la competencia afuera no es sencilla, pero también tengo 18 años como empleado en el barrido urbano, con un legajo impecable, que habla de mi compromiso y los valores que me enseñaron mis padres: la integridad y la responsabilidad”, comentó Bermúdez.