El bombero de 35 años, Ryan McCuen, respondió una llamada "médica-no emergencia", la que usualmente significa que la situación es de peligro, pero sin riesgo para los efectivos, sin imaginarse lo que ocurriría.
Al llegar a la escena, McCuen se encontró con Troy Stone, de 18 años, conectado a siete máquinas para permanecer con vida, cuyas baterías de emergencia no dudaría más de un par de horas, lo que significaba que el joven tenía los minutos de vida contados.
Troy sufre distrofia muscular Duchenne que ha deteriorado su organismo lentamente y que no sólo lo obliga a estar conectado a un ventilador, sino que también ha sido sometido a numerosas cirugías que han conllevado una gran carga económica sobre su familia, siendo precisamente la falta de dinero la cusa detrás del corte del suministro eléctrico.
Ante esto, el bombero Ryan decidió donar de forma anónima los 1.000 dólares necesarios para que se restableciera el servicio y salvar la vida a Troy; consigna Askmen.
La buena acción del hombre fue reconocida por el jefe de bomberos, Michael Phy, quien dio a conocer la historia a los medios locales.
Sin embargo, esta ayuda sólo es una de parte de las necesidades que esta familia necesita cumplir, puesto que uno de los cuatro hermanos de Troy sufre la misma condición médica. Por lo mismo, existe una campaña en Go Fund Me en su apoyo.