Yvonne Woodard y Doyle W. Hebert estaban la tarde del sábado mirando televisión como cualquier otro fin de semana en su casa en Litchfield Park, Arizona. Cuidaban a su nieto de 11 años a quien le ordenaron que limpiara su habitación. Sin embargo, al menor no le pareció y terminó asesinando a su abuela de un disparo, según indica Miami Herald.
Luego que le dijeran que ordenara su pieza, el niño apareció con la pistola de su abuelo, se colocó detrás y le disparó en la nuca a su abuela Yvonne de 65 años. Tras el ataque, Doyle corrió hacia su nieto para arrebatarle el arma de fuego pero rápidamente regresó donde su esposa para auxiliarla. Fue ahí cuando escuchó un segundo disparo: su nieto se había quitado la vida.
"Segundos después, Doyle escuchó otro disparo y vio al nieto dar unos pasos y luego caer al suelo; el niño se había disparado a sí mismo", señaló la Policía.
Las autoridades se encuentran investigando, aunque señalan que el menor nunca mostró indicios de una personalidad violenta. "Eran una buena familia. El niño solía andar en bicicleta y jugar en el vecindario", dijo uno de los vecinos.
Por su parte, la escuela del menor lamentó lo ocurrido y brindó el apoyo a la familia. "Estamos desolados por de la trágica muerte de uno de nuestros estudiantes y su abuela", señalaron.
Fotos: Shutterstock/Google Maps
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