Un incendio empieza a consumir la casa de los vecinos del bombero William Linder de Hanahan, Carolina del Sur. En su condición, cruza de inmediato para ayudar a enfrentar las llamas y salvar lo que se pueda.
Apenas lo ven, le dicen que un cachorro de tres semanas está atrapado en las llamas, y sin pensarlo dos veces entra para sacarlo de la casa siniestrada.
El perro que se llama Jake, tuvo un 75% de su cuerpo y lo llevaron a la Clínica Médico Animal de Goose Creek para que lo sanaran de sus heridas que incluían las plantas de sus patas.
Tiempo después, William fue a visitar al pequeño y se da cuenta que su familia lo había abandonado porque no podían pagar el tratamiento, así que decidió adoptarlo.
Nueve meses después de ardua recuperación, Jake se unió al cuerpo de bomberos que integraba Wiliam y participa salvando vidas.