La viróloga china Li-Meng Yan, que huyó en abril a EEUU, se reafirmó en sus denuncias contra el régimen chino y el origen del nuevo coronavirus, al insistir en que fue creado en el laboratorio de Wuhan, ciudad donde se reportó el primer brote de COVID-19.
La viróloga, que trabajaba en la Universidad de Salud Pública de Hong Kong, fue entrevistada por el periodista ultraconservador Tucker Carlson, de la cadena Fox News, el mismo canal donde hizo su aparición estelar en julio del año pasado y los meses subsiguientes.
“El virus vino de un laboratorio en Wuhan, y fue hecho por los militares en base a virus modificados de murciélagos, y luego difundidos tras ser modificados”, afirmó. Según relató, ella comenzó a estudiar el virus en diciembre desde Hong Kong y estuvo en contacto con otros virólogos que estaban en china continental y tenían más información del tema.
“En diciembre de 2019 fui incorporada en secreto por mi supervisor, el virólogo Leo Poon que trabaja con la OMS para esta investigación secreta sobre la neumonía de Wuhan. Pronto, mi trabajo involucraba a médicos chinos, investigadores y hasta CDC, también civiles que reunían información, combinada con mi conocimiento. Descubrí finalmente que este virus es de un laboratorio”, resumió.
La investigadora lamentó que el gobierno chino no haya dado en ese entonces ninguna información sobre los primeros casos. “Pero mi laboratorio tiene la referencia de la OMS, significa que tiene que vigilar este tipo de emergencias en el área. Cuando sale el brote, vino un tipo de información. Hong Kong y la OMS necesitaban buscar información y no podían conseguirla de fuentes oficiales, y yo soy la investigadora enviada por ellos para hacer esta investigación”, aseguró.
El año pasado, la OMS respondió que “mucha gente trabaja para ellos como consultores” pero no tienen datos que acrediten que Yan o a Poon en su nómina. Además, los voceros negaron que la viróloga trabajara para un laboratorio de referencia de la organización especializado en virus y pandemias, como ella afirmó.
Según recordó la doctora, su supervisor le advirtió que tenga mucho cuidado. “Me dijo que no toque las líneas rojas, eso significa los principios invisibles, sino sería responsable”, afirmó, en referencia a posibles represalias del régimen chino si es que hacía demasiadas preguntas o incomodaba a los altos funcionarios.
La denunciante también reveló que su marido podría estar persiguiéndola. Antes de su huida, afirmó que su pareja intentaba perjudicarla para evitar su salida. Ahora, afirma que llegó a los Estados Unidos con una visa de dos años.
Yan sostuvo que esta persona podría estar en coordinación con el Partido Comunista Chino para hacerla “desaparecer” por sus explosivas denuncias.
Las acusaciones de Li-Meng Yan han provocado que la Universidad de Hong Kong, donde trabajaba, haya eliminado su página de internet y haya publicado un comunicado en el que informaba de que ya no es miembro del equipo.