Ikram Gacem, una joven inglesa de 18 años, empezó a atribuir sus constantes bostezos al agotamiento que le generaba estudiar para sus exámenes en la universidad.
Sin embargo, notó que algo no estaba bien con ella cuando vio que ninguno de sus compañeros parecía igual de afectado.
Con el paso de los días, estos empezaron a incrementarse y sus siestas se extendieron por varias horas.
“Me despertaba por la mañana y bostezaba todo el camino hasta la universidad.
Tan pronto como llegaba, me iba a dormir y luego me despertaba.
Tal vez a las 8, 9, porque tenía mucho trabajo que hacer”, señaló al Manchester Evening News.
A la joven la diagnosticaron con anemia en un principio, el tratamiento que le indicaron no hizo mucho por mejorar su estado de salud.
El cual se complicó cuando se percató de “un pequeño bulto” en su clavícula derecha. Por ese motivo, una semana después de su aparición, decidió volver a acudir a un médico.
Tras realizarse los exámenes requeridos, la vida de Ikram dio un giro rotundo.
Cuando los doctores descubrieron que tenía linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer relativamente raro.
Que se desarrolla en el sistema linfático y el cual afecta su sistema inmunológico.
Como su diagnóstico se dio en medio de la pandemia de la COVID-19, la joven tuvo que compartir la noticia con sus familiares estando aislada, ya que contagiarse la ponía en gran riesgo.
asi tres años después de enterarse de lo que padecía, Ikram Gacem lleva ya dos de ellos libre de este cáncer.
Por lo que ahora insta a los jóvenes y estudiantes a escuchar sus cuerpos y no dudar en llamar a su médico si es que notan que algo no va bien.
“Simplemente, pensamos que estamos cansados por los exámenes, pero si es inusual, échale un vistazo”, recomendó.