Este es el calvario que deben enfrentar a diario quienes transitan por dos rutas nacionales. Se trata de la 229 y 507 en Sarapiquí.
La primera comunica con Río Frío y la segunda con la zona fronteriza con Nicaragua.
En el primer caso, los vecinos cuentan con una ruta alterna, sin embargo, representa un recorrido de varios kilómetros de más. La segunda, es la única vía disponible.
Tanto los vecinos como los conductores, piden al Conavi una solución formal y definitiva.
Dicen estar cansados de los bacheos temporales, pues en pocos días reaparecen los huecos.
Incluso, por esquivarlos ya se han registrado accidentes con saldos materiales cuantiosos y hasta heridos graves.
Los peones de las plantaciones agrícolas y otros productores enfrentan problemas para sacar sus cosechas, según corroboró nuestro corresponsal Alfonso Gatgens.