Hace unas semanas la actriz mexicana Salma Hayek reveló en su cuenta de Instagram uno de sus trucos para esconder la pancita y mostrar una cintura envidiable, no se trataba de alguna dieta milagrosa ni ejercicios intensos sino de los corsés. Un producto muy parecido a este son las fajas para la misma función.
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Las fajas para reducir tallas en la cintura son muy populares en nuestro país porque esconde la pancita y moldea la figura en un santiamén. ¿Pero es bueno o malo usarlo? ¿Realmente ayuda a bajar de peso? ¿Qué ocurre si lo uso a diario? Aquí absolveremos tus dudas.
Las fajas comprimen el vientre y el contorno del mismo escondiendo la grasa y reduciendo mágicamente algunos centímetros, útil en esos momentos de emergencia que necesitas encajar en alguna prenda.
Algunas fajas son moldeadoras y ayudan a corregir tu postura y, a su vez, reduce el dolor de espalda.
El lado “oscuro” de las fajas
La realidad es que este producto es útil solo para aquellos momentos que necesitas esconder la grasita abdominal, pero no lo eliminará porque eso solo es posible con dietas y ejercicios. Tampoco deberías usarlo todos los días porque si promete reducción de tallas lo que hará es hacerte transpirar para perder líquido mediante el sudor, pero lo recuperarás una vez que ingieras agua.
Las fajas reductoras no harán que quemes caloría alguna. Pero no es lo único que ocurrirá, tus músculos pueden perder tonicidad y quedarán flácidos porque todo esfuerzo quedará reducido por la prenda.