Algunas vías del cantón central de Heredia se han convertido en escenario frecuente de accidentes de tránsito con el lamentable saldo de personas severamente lesionadas. ¿Por qué suceden esos accidentes? ¿Cuál es el principal factor que incide en la ocurrencia de este tipo de colisiones en esas rutas de mayor accidentabilidad en Heredia,? ¿Qué relación existe entre la publicidad y la cantidad de accidentes de tránsito? ¿Los patrones visuales de los conductores pueden revelar las causas de la accidentabilidad?
La investigación “Razones de la accidentabilidad en la provincia de Heredia” –realizada por el Laboratorio de Neurociencia de los Posgrados de la Escuela de Administración de la Universidad Nacional (EDA-UNA)- aporta evidencia para responder estas preguntas.
Con el apoyo del Consejo de Seguridad Vial (Cosevi) y liderada por el académico Christian Figueroa Araya, coordinador del Laboratorio, la investigación revela la forma en que la distracción generada en los conductores por la publicidad y la rotulación en carretera, incide directamente en los accidentes de tránsito en las vías de mayor accidentabilidad en el cantón central de Heredia.
Mediante el uso del equipo biométrico “Eye Tracker” (anteojos de acceso ocular) se logró determinar qué ven directamente los conductores (mirada foveal), qué ven en forma indirecta (parafoveal) o apenas con visión periférica (perifoveal) y qué les genera distracciones en su atención mientras van al volante en las secciones viales con mayor accidentabilidad en Heredia, a saber: la ruta 3, específicamente el tramo de 1.8 km después del cruce del ferrocarril del Mall Oxígeno hacia San Joaquín de Flores, y el cruce de las instalaciones de la Cruz Roja Costarricense en el centro del cantón (conocida como la esquina de los choques en Heredia).
“Existe una relación directa entre la publicidad y la accidentabilidad. Es decir, a mayor cantidad de publicidad, mayor número de accidentes”, asegura Figueroa, a partir de la evidencia aportada por el estudio con equipo biométrico, aplicado -a finales de 2020- a una muestra de choferes promedio (no profesionales), con edades entre 18 y 58 años, no habituados a viajar por las rutas.
Además, -asegura Figueroa- existe una preferencia visual en los conductores que indica que se debe privilegiar la rotulación horizontal para disminuir efectivamente la accidentabilidad en las vías, según muestra la investigación, que también utilizó georreferenciación de los accidentes y de la publicidad en las vías.
Hallazgos
Se identificaron dos tipos de rotulación en carretera que provocan mayor distracción: las denominadas gigantografías, que generan el mayor tiempo de distracción, y las imágenes gráficas de mediano formato a nivel de acera –específicamente en muros- que son las segundas causantes de distracción.
En lo que se refiere a la costumbre visual de los conductores, el estudio muestra importantes hallazgos. En primer lugar, que la señalización horizontal (pintada sobre la calle) tiene mayor atención de los conductores, en comparación con las demás señales de tránsito. “Es decir, los conductores observan mayormente la demarcación horizontal; ésta obtiene mayor atención, lo que genera mapas de calor más claros, y en su defecto, la señalización vertical pasa casi desapercibida e igualmente sucede con los semáforos”, destacó el académico Christian Figueroa.
La velocidad también influye en la forma en que los conductores miran las señales de tránsito. Los mapas de calor muestran que los conductores observan tanto las señales verticales como los semáforos, utilizando visión parafoveal (indirecta). No obstante, conforme aumenta la velocidad del vehículo, cambian sus patrones visuales y emplean mayormente la visión periférica, lo cual disminuye su agudeza visual y genera desatención.
Con respecto a la señales viales, y en el caso específico de los semáforos ubicados en el cruce de la Cruz Roja y los de la sección estudiada de la ruta 3, ambos en el centro de Heredia, quedó en evidencia que en la mayoría de las ocasiones, el chofer utiliza su vista perifoveal (periférica) para observarlos; de hecho, casi no se presenta la visualización foveal (en la fóvea del ojo se encuentra la mayor cantidad de conos, permitiendo mayor acuidad visual) en dichas señales. Más bien, el conductor dirige su mirada, principalmente, hacia el pavimento.
Recomendaciones
Entre las recomendaciones que el Laboratorio de Neurociencias de la EDA-UNA hace al Cosevi, con base en los resultados de la investigación, Figueroa destaca las siguientes:
-Limitar el uso de gigantografías en carreteras donde confluyen un alto volumen vehicular y peatones, principalmente, cuando a estos factores se les suma la presencia de vías que permiten mayor velocidad.
-Limitar el uso de publicidad de mediano formato, sobre todo en muros a nivel de acera.
-Aprovechar la atención que el costarricense le da a la carpeta asfáltica para demarcar semáforos en carretera que avisen de la proximidad de semáforos.
¿Conclusiones generalizables?
Para el investigador Figueroa, hay varios elementos del estudio que permiten afirmar que los resultados se pueden generalizar a otras vías del país.
En primer lugar, la precisión y el nivel de detalle del equipo utilizado (Eye Tracker) ofrece una alta confiabilidad.
A esto se suma que la muestra empleada corresponde a conductores promedio que no están habituados a estas vías; es decir, transitan con su vehículo por distintas rutas del país.
Además, en la investigación se analizaron intersecciones con un número considerable de accidentes, así como vías en línea recta con el mayor número de accidentes viales, ambas con una cantidad de distracciones promedio y en la que intervienen factores como señalización, intersección, velocidad, tránsito y rotulaciones promedio.
Por otra parte, Figueroa destacó que aunque podemos controlar los movimientos de los ojos a gusto, la mayoría de estos, tales como la apertura o el cierre de la pupila, cómo y cuándo parpadeamos, la humedad, así como todos los procesos mentales que realizamos, influyen en lo que vemos. “En este sentido, el sistema nervioso central los controla y nosotros nunca pensamos ni en cómo estamos moviendo los ojos. Esto hace que el estudio de los patrones oculares evidencie fielmente las costumbres visuales y permite el entendimiento de los procesos mentales del ser humano”, explica el líder de la investigación.
“Los hallazgos de este estudio podrían generalizarse al resto de las vías nacionales; fundamentados en la capacidad de los equipos biométricos utilizados, la metodología y garantizados en el método de estudio de los movimientos oculares y/o patrones visuales de los conductores, recopilados en la investigación, mismos que en su mayoría son controlados por el sistema nervioso central”, subrayó el académico de la Escuela de Administración.