La historia de Natalia Grace se asemeja a una película de suspenso o terror, y demuestra que la realidad a menudo —o casi siempre— supera a la ficción. Hace 13 años, Kristine y Michael Barnett, un matrimonio de Indiana (Estados Unidos), adoptaron a una niña de Ucrania. Lo que nunca imaginaron es que, con el tiempo, acusarían a la niña de mostrar comportamientos psicopáticos y de tener intenciones de asesinar a todos.
La historia se hizo pública cuando los Barnett decidieron que deseaban adoptar para agrandar la familia en 2010. La agencia les habló de una pequeña de 6 años con problemas de salud y crecimiento. Ambos no dudaron y la acogieron.
La menor, llamada Natalia Grace, había nacido en Ucrania, el 4 de septiembre de 2003, pero residía en EE. UU. y padecía un problema de crecimiento óseo llamado displasia espondiloepimetafisaria.
El trágico caso de Natalia Grace: “Ella trató de envenenar y matar a mi esposa”
Para abril de ese año, el proceso de adopción ya había concluido. La familia determino que el primer viaje familiar sería a Disney World y, paradójicamente, en el ‘lugar más feliz del mundo’ fue donde notaron que Natalia poseía comportamientos extraños y violentos.
Al regresar a la vivienda, se dieron con la sorpresa de que la menor tenía vellos púbicos como si fuera una mujer adulta y su asombro fue aún mayor cuando Kristine escuchó la forma en la que enlazaba palabras y usaba el vocabulario. “Estos niños son agotadores, no sé cómo puedes hacerlo”, expresó Natalia a su madre adoptiva.
“Era muy difícil descifrar cuántos años tenía, pero en ese momento comencé a pensar que podía ser una adolescente”, reveló la mamá a un medio inglés.
El tiempo no hizo más que agravar la situación, Natalia incrementó sus comportamientos agresivos y homicidas. Una vez trató de atacar a un bebé cuando los papás estaban fuera de la habitación. También amenazaba de muerte a su familia adoptiva.
En paralelo, dibujaba escenas de apuñalamientos mientras dormían. Pese a que fue llevada a terapia, la niña se burlaba de los médicos y fue internada en un centro psiquiátrico.
“Ella trató de envenenar y matar a mi esposa (…). Una noche, abrí los ojos y Natalia estaba parada al pie de la cama con un cuchillo en la mano”, contó el padre.