En el corazón de los Apeninos, a solo 230 kilómetros de Roma se encuentra el pueblo de Castropignano que emprendió una campaña para evitar quedar desierto.
Busca atraer a nuevos residentes con casas que se venden a menos de USD 1.Â
La villa se caracteriza por la presencia de un castillo medieval y es la más reciente comunidad que abrió la posibilidad de que personas que no residen en ella compren propiedades a precios de regalo.
Anteriormente lo hicieron las localidades Salemi en Sicilia y Santo Stefano di Sessanio en Abruzzo.
Pero Castropignano ofrece algo que las otras ciudades no. El alcalde de la localidad, Nicola Scapillati, tiene el interés de encontrar las casas que sean adecuadas para las personas interesadas en ellas.
En total hay 100 edificaciones abandonadas que buscan un nuevo propietario, según informa la cadena CNN.Â
Por ello el Alcalde pide que los interesados en adquirir una de las propiedades le envÃen directamente a él un correo. “Invito a todos los que quieran comprar una nueva casa aquà a escribirme directamente al correo nicola.scapillati@me.com con un plan detallado de cómo pretenden restaurar o qué quisieran hacer con la propiedad”, dijo a CNN.Â
El Alcalde señaló que las personas no necesariamente tienen que comprar la casa para vivir en ella, pues también pueden optar por convertirla en una tienda u otro negocio que sea de su interés.Â
“Deben además señalar los requerimientos que tengan, por ejemplo, si necesitan accesos para personas en sillas de ruedas”. Según Scapillati, Castropignano tiene calles pequeñas y los carros no pueden circular a través de sus estrechos callejones.
“Mientras más especÃfico sea el listado, será más fácil encontrar la propiedad adecuada y negociar con el dueño actual” de la propiedad.Â
El proyecto para recuperar la vitalidad de esta ciudad, que tiene una población estimada de 900 residentes de los cuales el 60% supera los 70 años de edad, arrancó hace pocos meses. Pero existen condiciones para la adquisición de la vivienda.
Entre estas están que los compradores deben renovarla en no más de tres años a partir de la fecha de compra y entregar una garantÃa de pago de USD 2 378. El dinero será regresado a los nuevos propietarios una vez que los trabajos de restauración finalicen.Â
Para poner en marcha el proyecto, en el mes de octubre las autoridades se comunicaron con los dueños de propiedades abandonadas y les hicieron saber que si ellos no se encargaban de remodelarlas, la alcaldÃa tomarÃa su posesión.
Se trata, señala CNN, de una cuestión de seguridad. Hasta finales de noviembre, varios dueños de las propiedades accedieron a entregarlas para el proyecto. El Alcalde espera que al menos 50 personas se unan a la iniciativa, si no lo hacen, el pueblo expropiará las viviendas de quienes no respondan y colocará las edificaciones en el mercado.Â
Según CNN, docenas de interesados ya se han contactado con el alcalde para adquirir las casas. Scapillati espera que con su ayuda la villa no solo vuelva a ganar su vida, sino que también se vuelva más segura.
“Me duele ver la belleza de nuestro antiguo centro histórico derrumbarse por casas en mal estado que cada dÃa están peor… Es triste y peligroso. Sin renovaciones estos edificios son una amenaza. PodrÃan colapsar en cualquier momento”, aseguró Scapillati.
¿Qué ofrece Castropignano? La localidad italiana, según el alcalde, “no tiene nada maravilloso que ofrecer salvo paz, silencio, naturaleza, un aire rico en oxÃgeno, paisajes hermosos y comida deliciosa. Ideales para desintoxicarse del estrés diario.
No está llena de vida, debo decir, pero es pacÃfica y simple”. Según CNN, en Castropignano solo hay un restaurante, un bar, una farmacia y pocos hostales. Su población empezó a migrar en búsqueda de nuevas oportunidades tras la Segunda Guerra Mundial.
A partir de la década del 60, los jóvenes salieron de Castropignano para estudiar en las grandes ciudades y encontrar trabajo. Por ello su población se ha diezmado. Pero el Alcalde quiere recuperar el pasado, cuando Castropignano se caracterizaba por ser un centro lleno de artesanos, comerciantes y viajeros.Â