Las cenizas de José José llegaron a México después de una larga espera, pero no arribaron completas.
En el país donde nació solo permanecerán la mitad de sus restos. Quedarán divididos entre México y Estados Unidos, al igual que su familia.
Y es que el deceso del “Príncipe de la Canción” fue el inicio de una novela infame, de un pleito entre sus herederos que incluyó desavenencias en televisión nacional y un misterioso ataúd.
Un féretro dorado y reluciente como la carrera de José José, pero vacío y triste como fue gran parte de su vida.
Sin duda, el trance tras la muerte del artista será recordado por el conflicto que tomó tintes de un problema binacional en el que intervinieron autoridades mexicanas e incluso el presidente de México Andrés Manuel López Obrador y el canciller Marcelo Ebrard.
La voz de José José se apagó la tarde del pasado 28 de septiembre. Desde que fue anunciado su deceso en el hospital Homestead en Miami, sus hijos mayores se trasladaron a Estados Unidos para recuperar el cuerpo de su padre y traerlo a México.
Mientras ellos vivieron un calvario para encontrar los restos del intérprete de “El Triste” en hospitales y en funerarias, su hermana menor, Sarita, dio varias entrevistas y declaró que no tenía acceso al cuerpo pero que sin duda lo traería a México para que recibiera el tan esperado homenaje.
Con la intervención de las autoridades consulares de Miami y México, José Joel, Marysol y Sarita lograron un acuerdo para comenzar con los tan esperados homenajes para despedir a José José.
“Ya logramos reunirnos con la otra parte de la familia y logramos hacer una tregua que nos permite estar unidos ahorita para lograr el entierro y homenaje digno que merece mi padre, José José”, declaró José Joel.
El acuerdo duró poco. Sarita se adelantó y ante el temor de no volver a ver los restos de su padre, decidió al lado de su madre, cremar el cuerpo y dividir las cenizas entre México y Miami.
“Va a haber un homenaje muy grande allá en Bellas Artes, en la Basílica de Guadalupe, él va a ir, pero va a ir la mitad de él”, declaró la hija del intérprete.
Bajo esta amenaza fue desarrollado un desangelado homenaje en el Auditorio del Condado de Miami al que llegó el cuerpo del “Príncipe de la canción” en un lujoso ataúd bañado en una chapa de oro de 24 kilates, con un valor de 500 mil pesos, y que jamás fue abierto por petición expresa de sus hijos.
El féretro es también conocido como “The Promethean” y fue fabricado a la medida por la empresa Batesville Casket Company. Los cuerpos de James Brown, Aretha Franklin y Michael Jackson también han sido depositados en ataúdes similares.