Los cuerpos eran vendidos a universidades.
La jueza encargada, Christine Arguello, calificó el caso como “el más agotador emocionalmente que he experimentado”.
Moreno, investigado por presunta profanación de un cadáver y violación de derechos personalísimos
"Falta de respeto y moral por parte de los empleados de la funeraria y morbo de quienes difunden ese contenido", criticó un usuario.