El papa Francisco instó a los gobiernos este sábado a sacar a migrantes y refugiados de los centros de retención, argumentando que muchos se habían convertido en "campos de concentración".
Durante una visita a una basílica de Roma, el pontífice recordó su visita del año pasado al campamento de refugiados en la isla griega de Lesbos, donde conoció a un hombre de Medio Oriente y a sus tres hijos.
"Me dijo: Padre, soy musulmán, mi mujer era cristiana y los terroristas llegaron a nuestro país, nos miraron y nos preguntaron cuál era nuestra religión. Vieron su crucifijo y le exigieron que lo tirara. No lo hizo, y la degollaron delante de mí", relató el papa.
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"No sé si logró salir de ese campo de concentración, porque los campos de refugiados -muchos de ellos- son de concentración debido a la gran cantidad de personas que hay dentro", dijo el Papa.
Francisco elogió a los países que ayudan a los refugiados y les agradeció "por llevar esta carga adicional, porque parece que los acuerdos internacionales son más importantes que los derechos humanos".
No se explayó, pero pareció referirse a los acuerdos que impiden a los migrantes cruzar las fronteras.
En febrero, la Unión Europea se comprometió a financiar campamentos de migrantes en Libia como parte de una campaña más amplia de la Unión Europea para detener la inmigración desde África.
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Grupos humanitarios han criticado los esfuerzos para detener a los migrantes en Libia, donde -según un informe de la ONU divulgado en diciembre pasado- sufren detención arbitraria, trabajo forzoso, violación y tortura.
Con información de Philip Pullella (Reuters)