Olas de hasta dos metros de altura desencadenaron un fenómeno preocupante en el enrocado de la Caldera, superando su capacidad para contener más de 22 mil toneladas de piedras dispuestas a lo largo de la Ruta 23. Este embate de la naturaleza se hizo más evidente entre las 4 y las 5 de la tarde, cuando la fuerza del mar desafiaba los lÃmites de la infraestructura costera.
A pesar de que el pico de intensidad se registró en esas horas, las autoridades advierten que las marejadas seguirán siendo una amenaza constante durante la noche y la madrugada del jueves. Según los pronósticos, no será hasta el viernes cuando comience a disminuir la intensidad de las condiciones marÃtimas.