El expresidente de Uruguay, José ‘Pepe’ Mujica, criticó las políticas sanitarias del país y al Gobierno de Luis Lacalle Pou por el manejo de la pandemia del coronavirus en el programa de radio que tiene en la emisora M24.
“Nos dormimos, nos confiamos, nos demoramos y casi seguramente vamos a ser el último país de América del Sur que empiece a vacunar>. Lo lamentable es que tuvimos posibilidades ciertas y reiteradas, pero nos cerramos por prejuicios, o por ilusiones”, manifestó el exmandatario, quien lamentó que un tema de índole científico terminara “politizado”
También sostuvo que, si bien las farmacéuticas son empresas y la vacuna es un negocio, hay otras naciones de la región que dejan claro que la crisis sanitaria está avanzando. “Hay hechos, allí está Bolivia vacunando. También podríamos estar haciéndolo nosotros”, indicó.
Asimismo, Mujica se mostró en contra de lo que se ha empezado a llamar nueva normalidad tras la pandemia. “Nuestras únicas herramientas son el barbijo, la distancia y el aislamiento (…) La vida se ha transformado en obligaciones. El que pueda, que trabaje, y de ahí derechito a su casa. Nada de relaciones sociales, ni fiestas ni reuniones. Y a eso, ¿le vamos a llamar nueva normalidad?”, explicó.
El dirigente uruguayo señaló que el faltante de inmunizantes se produce tanto por la urgencia generalizada por obtenerlas, como así también por la acumulación de dosis, en cantidades que en algunos casos superan sus propios requerimientos, que los países más desarrollados están realizando.
“La demanda es tremenda y abarca todo el orbe y no se puede solucionar en unos días. Además, el mundo rico ha acaparado con sus compras prematuras buena parte de las vacunas que salen de sus laboratorios, como diciendo ‘por las dudas’”, subrayó el exjefe de Estado, que no confía que los plazos de vacunación se cumplan.
“En estos días algún medio informaba que en el primer trimestre de este año el grueso de la gente iba a estar vacunada”, comentó.
Mujica cuestionó la gestión del presidente Luis Lacalle Pou, al que acusó de no escuchar a la oposición y, en algunos casos, ni siquiera a los integrantes de su propia coalición.