Joana Sanz volvió a acercarse a Brians 2, la prisión en la que se encuentra alojado Dani Alves.
Acusado de abusar sexualmente de una mujer en la disco Sutton de Barcelona a findes de 2022.
La modelo y esposa del futbolista llegó acompañada de Bruno, chef y amigo del deportista, y dos escoltas.
A diferencia de su anterior excursión, no realizó declaraciones ante la prensa cuando se marchó.
Según consignó el programa “Fiesta”, en esta oportunidad no se dio un encuentro cara a cara, sino que el contacto se dio a través del cristal.
Así, Sanz cumple con el precepto afirmado en su primera visita, cuando advirtió “no lo voy a dejar solo en el peor momento de su vida”.
Sin embargo, eso no implica que la relación entre ambos persista.
De hecho, horas antes de la visita, la modelo había dejado un sugerente mensaje en las redes sociales.
Tal vez anticipándose a lo que podían hablar los medios de comunicación sobre su acercamiento al brasileño.
En realidad, Joana viene sentando posición en continuado en su cuenta de Instagram.
Recalcando que el vínculo está roto, más allá de que no le ha soltado la mano a su compañero.
Esta vez, publicó una historia en la que se la vio jugando al bowling, pero sin suerte.
Acompañó las imágenes con un texto contundente: “Ni en el juego ni en el amor”.
Más allá de que el lateral ex Barcelona y PSG insiste con su inocencia, su defensa se basa en que mantuvo relaciones sexuales con la denunciante en el baño del local nocturno, pero alega que fueron consensuadas.
Mientras aguarda por el juicio tras las rejas, su madre lo defendió enfáticamente.
“Mi familia, mi vida, los amo hasta el infinito. Es más allá de lo que Dios ha unido, nadie puede separar”, fue una de las primeras frases que compartió Lucía Alves.
“Sé que mi sonrisa molestó tanto que los traidores de Judas me lo quitaron en esos cuarenta días, pero mi fe en Dios no me la podrán quitar. Sigo firme y fuerte hacia la victoria”, continuó.
“Amigos que nunca los traicionará. Si alimentan a un perro durante tres días, él se acordará de ustedes durante treinta años.
Si alimentan a una persona durante treinta años, se olvidarán de ustedes en tres días”, fue otra de sus sentencias.
En lo que respecta al caso, y siguiendo los tiempos previstos por la justicia española.
A finales de este año se llevaría a cabo el juicio, en el cual el brasileño se enfrentaría a “una pena entre 4 y 12 años de prisión” si es que la Fiscalía logra probar “un delito de agresión sexual con penetración del articulo 179 del Código Penal”.