El calor humano de las decenas de personas que se acercaron a la iglesia católica en San Josecito de San Isidro de Heredia, confortó en su dolor a la familia del oficial de Fuerza Pública asesinado a balazos.
La ceremonia fue sencilla, pero muy emotivas, su uniforme y la bandera de Costa Rica que cubría el féretro le fueron entregados a su familia.