La trilogía iniciada por “Batman Begins” pudo salir adelante sin interferencias del estudio, lo que actualmente sería imposible.
En Estados Unidos se acaba de publicar “The Nolan Variations”, un libro de Tom Shone, en el que se examina la trayectoria del director de “Tenet” y que cuenta con múltiples declaraciones suyas sobre temas de larga discusión en el fandom como sus mezclas de sonido o su aparente rechazo a que sus películas sean vistas en el iPhone.
A propósito de la publicación, Entertainment Weekly organizó un debate virtual contando con el propio Christopher Nolan como invitado, donde ha podido reflexionar sobre cuestiones transversales a su obra.
Por ejemplo, en lo referente a la saga por la que terminó de constituirse un tótem del cine contemporáneo: aquélla que dedicó a Batman entre 2005 y 2012. Trilogía, por cierto, que salió adelante en una tesitura clave para el género superheroico dentro del cine, entre el estallido que supusieron los estrenos de “Spider-Man” o “X-Men” a principios de siglo y la suerte de consolidación que supuso el MCU a partir del “Iron Man” de 2008, año precisamente en el que también llegó a las salas la mítica “The Dark Knight”.
Nolan es muy consciente de lo importante que fue el contexto para labrar el éxito de sus películas sobre el Hombre Murciélago: “Era el momento adecuado para contar la historia que quería”, dijo en relación a cuando se involucró en “Batman Begins”.
“Los orígenes de Batman nunca habían sido examinados en el cine, y apenas en los cómics. No había ninguna fuente particular de la que pudiéramos partir; una tesitura excepcional. La historia definitiva de Superman había sido contada con Christopher Reeve y Richard Donner. Una versión así con Batman nunca se había contado. Queríamos colocar esta figura extraordinaria en un mundo ordinario”, explicó el cineasta.
El hecho de no partir de una fuente definida, así como situarse en una época donde las sagas de superhéroes no se veían obligadas a enmarcarse en universos cinematográficos, logró que Nolan no encontrara obstáculos a la hora de materializar su visión: “Pudimos desarrollar la trilogía con total libertad creativa y mostrarle al estudio qué queríamos hacer”, destacó el director, contando cómo Warner en ningún momento supuso una interferencia.
“La otra ventaja que tuvimos fue contar con más tiempo entre secuelas”, agregó el británico. “Cuando hicimos Batman Begins no sabíamos que tardaríamos tres años en hacer la siguiente y cuatro hasta la siguiente. Contamos con el lujo del tiempo. No se sintió como una máquina, ni como un activo comercial para el estudio. Según el género fue adquiriendo fama, las presiones se hicieron más y más grandes. Lo hicimos en el momento adecuado”, finalizó.
Foto: Warner Bros.