En los últimos años, hemos vivido una proliferación de las formas de entender el amor y el compromiso; aunque la monogamia sigue siendo la más común, cada vez hay más apertura a las relaciones abiertas o al poliamor. Más allá de las diversas fórmulas en las que queda sujeta una relación, todas tienen en común que para que sean sanas debe haber respeto, comunicación y compromiso.
Y entrando en cuestiones más profundas, no hay que obviar que los lazos que nos unen en las relaciones románticas son de lo más complejos. En su afán por intentar explicar cómo se desarrolla el amor en las parejas, los científicos han realizado todo tipo de experimentos e investigaciones para dar con una serie de puntos en común que podrían explicar de dónde nace y cómo avanza una relación amorosa.
Por ejemplo, un estudio publicado en el Journal of Family Psychology, que definió cuatro categorías para dar con la razón de nuestros compromisos. Entre ellas, hay algunas que son más positivas o saludables que otras. De hecho, la pretensión del estudio gira en torno a predecir si una relación resistirá a los envites del tiempo o estará condenada al fracaso.
Este estudio reunió a 1.184 estadounidenses que se encontraban en mitad de una relación amorosa. Los investigadores describieron tres tipos de compromiso que estaban relacionados con el éxito o al menos una tasa mayor de estabilidad en la relación, mientras que el otro tendía más a naufragar con el paso del tiempo, publica Best Life.
Los tres primeros apuntaban a un compromiso interpersonal, basados en la existencia de sentimientos positivos hacia la otra persona y el deseo de permanecer juntos contra viento y marea. El cuarto, sin embargo, consistía en un compromiso afincado en la presión social por estar unidos y las limitaciones materiales que unen a la pareja, que vienen a ser hijos compartidos, una mascota o un contrato de arriendo que pagar todos los meses entre ambas partes.
Este, evidentemente, se asoció con una mayor probabilidad de ruptura a corto y largo plazo. Los investigadores llamaron a este tipo de compromiso como de “limitaciones consentidas”, debido a que acaban generando un vínculo en la pareja por el que los dos sujetos se sienten atados o atrapados a su vida en común. Y obviamente, es en estos casos donde el amor parece marchitarse.
Por tanto, podríamos decir que si sientes que tu pareja cumple con una de estas condiciones por las que se sienten atrapados en la vida del otro, es posible que su idilio no vaya a durar tanto como lo hubiesen esperado. Al fin y al cabo, estar en un tipo de relación así hace que sea muy fácil que aquello que debería percibirse como un placer o una liberación se convierta en una condena o un castigo.
Sin embargo, también son las dificultades las que hacen fuertes a la pareja, y a la hora de forjar un vínculo fuerte y cercano con otra persona no deja de ser muy importante el hecho de hacer sacrificios. Por ello, los expertos concluyeron en el estudio que solo son aquellas restricciones que están consentidas por ambos las que abocan a la relación al fracaso, mientras que aquellas en las que existe una mayor dedicación, sacrificio y una visión de esos retos compartidos y comunes, las que tienden a ser más duraderas.
En otras palabras, si ambos ven que hay demasiadas cosas que entorpecen el idilio y las ven como una condena en vez de como un reto o una oportunidad para fortalecer los lazos, están en una relación perdida.
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