La emergencia por lluvias en los cantones de Aserrí y Desamparados ya cumplió una semana.
La furia del agua dejó a cientos sin vivienda.
Ellos suman ocho días desde que sus vidas cambiaron de estar en la comodidad de una vivienda, por sencilla que esta fuera, a tener que hasta hacer fila para el baño o para las comidas.
Para los adultos mayores y familias con niños la situación es aún más difícil, pese a ello, están agradecidos por las atenciones que reciben cada día.
Durante la permanencia en los albergues no les ha faltado comida, gracias a manos amigas ya los han dotado de ropas, las cuales perdieron debido a las inundaciones.
Eso sí, deben armarse de paciencia, su permanencia en estos locales se extenderá al menos una semana más.
Mientras que, los padres se han asegurado que sus hijos continúen asistiendo a clases.
Las ayudas no dejan de llegar, este es el caso de estos productos que serán distribuidos entre los afectados que no requirieron ser llevados a un albergue y para dotar de alimentos a quienes fueron movilizados.
Según el reporte de la Comisión de Emergencias, nueve albergues continúan habilitados, uno de ellos desde el 1 de julio en Buenos Aires de Puntarenas.
Redacción NR