Todas hemos soñado alguna vez con casarnos, una gran boda, el marido perfecto y formar nuestra propia familia. Sin embargo, muchas veces este sueño lo cumplimos por las razones equivocadas, es ahí donde los matrimonios fallan y terminan ocasionándo un gran daño.
Yo me encuentro a punto de dar un gran paso en mi vida y no puedo negar que es una decisión tomada por motivos que probablemente no sean los correctos, pero todo esto me ha hecho darme cuenta que nuestra generación tiene una percepción muy diferente del matrimonio y todo el compromiso que éste implica.
¿Qué tan vigente será el matrimonio en nuestros tiempos? Para la generación de mis papás lo era todo y estoy segura que muchas de ustedes coincidirán en esto conmigo porque probablemente sus abuelos, padres y madres les habrán contado del compromiso tan importante que representa la decisión de compartir el resto de tu vida con alguien.
He pensado en todas las cosas por las que mis papás han pasado juntos y en lo increíblemente maravilloso que debe ser tener la seguridad de que esa persona que está a tu lado es quien te acompañará hasta el final incondicionalmente… Pero ¿y si no estuviéras segura de que sea él? ¿Y si por ahí hay alguien más a quien nuestro corazón pertenece realmente? ¿Y si nos estamos traicionando?
Creo que es normal tener dudas ante una decisión así y se necesita mucho valor para escuchar las respuestas que marca tu corazón, pero no olvides que es un compromiso serio y que la decisión que tomes será la mejor siempre que sea aquella con la que te sientas tranquila y feliz.
Es cierto que hoy las cosas han cambiado, no sé si sea que se han ido perdiendo los valores –como dicen por ahí-, o si el compromiso ya no tiene el mismo sentido que tenía en otros tiempos… Pero sea cual sea la razón, lo que debes tomar en cuenta siempre es que elegir a alguien para compartir tus días es una responsabilidad que adquieres contigo misma y con tu compañero ya que amar a alguien significa estar incondicionalmente.