Entre los componentes de este tipo de ambientes, los expertos destacan las prácticas de gestión deficientes, las exigencias irracionales a los empleados y la ausencia del interés en el bienestar psicológico por parte de los superiores.
Dos estudios concluyeron que las células inmunes importantes sobreviven en la médula ósea de las personas infectadas con el virus o inoculadas contra él