Una serie de retumbos y movimientos sísimicos se sienten en las comunidades cercanas al volcán Irazú, pero se trataría de un enjambre que se produce por fallas frágiles y que no tienen la capacidad de acumular la suficiente energía que la liberan en sismos de magnitudes bajas, por lo que no hay relación alguna con la actividad interna del volcán.