Perú está conmocionado tras el secuestro y violación de una niña de 3 años en la localidad de Chiclayo. Este sábado el presidente de Perú, Pedro Castillo, propuso la castración química para los violadores.
En un comunicado difundido por la Presidencia peruana, Castillo declaró que “los crímenes de violencia sexual contra niños y niñas no serán tolerados por este Gobierno, ni quedarán impunes”. Asimismo, pidió “políticas públicas más severas”.
“La castración química es una opción, no podemos esperar más”, expresó el mandatario. Además, luego aclaró que la medida debe ser incluida en el Código Penal y para ello debe ser aprobado en el Congreso.
El presidente calificó el hecho de “atroz e inhumano”. También, le pidió al Congreso de la República de Perú que respalde con “medidas concretas a favor de los más vulnerables”.
Casillo, recordó que la castración química consiste en administrar medicamentos que reducen la libido e inhiben el deseo sexual y se usa como “un método de prevención contra las agresiones sexuales, y también como castigo para los que cometen crímenes de esta índole”.
Para reforzar su propuesta, el presidente destacó que en países como Rusia, Polonia, Corea del Sur, Indonesia y Moldavia se aplica la misma medida, al igual que en siete estados de Estados Unidos.
El caso
La niña de 3 años desapareció el martes 12 de abril. Un día después la Policía Nacional la encontró y detuvo al presunto culpable, Juan Antonio Enríquez García, un taxista de 48 año. García, fue acusado de los delitos de “violación sexual” y “secuestro en agravio”.
El secuestro de la pequeña fue captado por una cámara de seguridad. En las imágenes se ve como Enríquez García la carga y la sube en el asiento de copiloto de un auto de color celeste.
Los exámenes que se le practicaron en el Instituto de Medicina Legal (IML), confirmaron que la nena había sido víctima de abuso sexual.
“Quiero que el violador se muera, que lo maten adentro, porque no tuvo piedad con mi hija, no tuvo piedad, es un daño enorme que le ha hecho”, dijo el padre de la menor.
El caso conmocionó a la sociedad peruana. Familiares y vecinos intentaron linchar a Juan Antonio Enríquez García cuando la policía lo trasladó y quemaron su casa.