El científico y deportista británico, Ross Edgley, de 28 años, sometió a su cuerpo a un drástico régimen para conseguir bajar 10 kilos en sólo 24 horas. El objetivo fue demostrar que peso y grasa no se relacionan. "Mucha gente es esclava de las escalas de peso y dejan que controle su autoestima y su nutrición", señala.
"Espero que este experimento cree una relación más sana entre la gente y sus básculas y que la gente se dé cuenta de que el peso puede variar dependiendo de muchos factores, no sólo la grasa", añade.
Para esto, Edgley consumió una dieta sin carbohidratos ni sal, saunas y baños de sal de Epsom para lograr eliminar la máxima cantidad de líquido de su cuerpo.
"Como entre el 50 y el 70% de nuestro peso es agua, pesar 95 kilos significa que 47,5 kilos de mi cuerpo son agua. Dejar de tomar agua puede ser fatal ya que es vital para que funcionen nuestros órganos e, incluso, para mantener un volumen sano de sangre, pero cortar mucho esa agua al cuerpo con trajes para sudar, diuréticos y sin beber nada en un día puede reducir drásticamente el peso", indica.
Además, uso diuréticos naturales y bebió sólo 100 ml de agua al día y fue unas 20 veces al baño. Recalcó que el uso de diuréticos debe hacerse con extrema precaución y que no se recomienda su uso porque puede acarrear problemas de salud si se abusa de ellos.
"Debo enfatizar que aunque yo perdí 10 kilos en 24 horas, nada de este peso fue grasa y que lo recuperé todo en dos horas desde que finalicé el experimento", agregó.
"Lo que hice es muy peligroso y lo realicé bajo estrictas condiciones tras consultar a un médico antes de hacerlo. Fue sólo para probar que la mayoría de esas básculas de baño pueden variar y tiene muy poco que ver con nuestra grasa corporal", recalca.