La eliminación de toxinas, la producción de proteínas que generan coagulación, metabolizar medicamentes y almacenar energía, son algunas de las tareas fundamentales que desempeña el hígado. Es por eso que controlar el consumo de azúcar es determinante, pues de lo contrario se podría generar un órgano graso. Los malos hábitos también pueden generar cuadros más graves como la cirrosis.