La pequeña de cuatro años llevaba 18 días desaparecida, pero el operativo de rescate ocurrió tan rápido que no hubo tiempo de avisar a nadie, ni siquiera a los padres. Los policías que llegaron a una vivienda del pueblo australiano de Carnarvon vieron a una niña y le preguntaron quién era, con la respuesta que más querían escuchar: “Mi nombre es Cleo”.
Aunque desapareció a 75 kilómetros de su casa, el rescate ocurrió a solo 3.000 metros de donde reside la familia. No hubo una pista en particular, sino que los agentes llegaron allí en base al análisis de miles de informaciones aportadas durante la intensa campaña de búsqueda, utilizando recursos de inteligencia, imágenes de vigilancia y análisis forense.
Cuatro oficiales irrumpieron alrededor de la una de la madrugada hora local y encontraron a la menor sola en una de las habitaciones.
“Le pregunté cómo se llamaba, quería estar absolutamente seguro. Ciertamente se parecía a Cleo”, narró el agente Cameron Blaine, quien fue el primero en hablar con la menor. ‘¿Cómo te llamas?’. Y ella no contestó y yo le dije ‘¿Cuál es tu nombre?’ No volvió a responder, así que le pregunté por tercera vez y entonces me miró y dijo: ‘Me llamo Cleo’. Y eso fue todo”.
Con la niña en su poder, pudieron llamar a la familia para darles la esperada noticia. “El agente que me acompañaba, el sargento detective Hutchinson, que era el agente de enlace con la familia, llamó a los padres de Cleo y les dijo: ‘Tenemos a alguien que quiere hablar con ustedes’ y fue una sensación maravillosa poder hacer esa llamada”.
La reacción fue de sorpresa absoluta, ya que no estaban enterados del allanamiento. “Las cosas se desarrollaron tan rápido que no tuvimos tiempo de prepararlas y, desde luego, no queríamos darles falsas expectativas sobre lo que podría ocurrir”, agregó Blaine. “Siempre es un proceso delicado cuando se trata de eso. Pero aun así, poder darles esa noticia y decirles que vayan al hospital para encontrarnos fue fantástico”.
Sobre la niña, comentó: “Ella es como el pequeño conejito de Energizer. Tiene tanta energía, yo estaría a punto de irme a dormir. Era una chica muy dulce y enérgica, muy confiada y muy abierta con nosotros. Todos queríamos turnarnos para sostenerla, así que fue una experiencia realmente buena”.
El rescate de la menor con vida fue calificado por la criminóloga Xanthe Mallett como un “milagro” ya que, según explicó al canal 9 de la televisión local, “es altamente inusual encontrar a una niña secuestrada viva y bien después de tanto tiempo”.
Poco después de hallar a la pequeña, la policía detuvo a un hombre de 36 años y sin vínculo con la familia de Cleo.
Las autoridades continúan interrogando al residente de Carnarvon, aunque prefieren ser cautos con este caso que fue comparado en el país oceánico con la desaparición de la niña británica Madeleine McCann cuando se encontraba en 2007 en Portugal con sus padres.
El comisionado de la Policía de Australia Occidental, Chris Dawson, evitó en rueda de prensa desde Carnarvon dar “más detalles sobre ese hombre” al señalar solo que se trata de un residente en la población.
Las autoridades, que aún no han presentado cargos contra el sospechoso, indicaron que esperan en las próximas horas formular una acusación formal contra el detenido.
“Nuestra familia está completa de nuevo”, dijo la madre de la menor, Ellie, en un emotivo mensaje publicado en Instagram.
En el momento de su desaparición, Cleo se encontraban dentro de una tienda de campaña en el campin Blowholes, a unos 875 kilómetros al norte de Perth, junto a su madre y su padrastro, Jake Gliddon.
La niña se había despertado a la una de la mañana del sábado 16 de octubre para pedir agua, pero cinco horas después, al levantarse la madre y su pareja descubrieron que Cleo y su saco de dormir habían desaparecido. Los clamores de ayuda desataron muestras de apoyo en toda Australia.
La policía elogió el miércoles a la familia por su fortaleza durante estas semanas y agradeció a la comunidad local y a los voluntarios por su ayuda en la búsqueda.
(Con información de EFE, Reuters, AFP)