Pedir un aumento salarial es una de las cosas más complicadas e incómodas que puede vivir un trabajador y algo que generalmente a nadie le enseñan.
Pero hay una empresa donde el sueldo lo deciden los propios compañeros de trabajo. Se trata de 10Pines, una compañÃa de software de Argentina en la que se deciden las remuneraciones de los empleados tres veces al año en una “reunión de honorarios”.
Según explica BBC, todos los trabajadores de la compañÃa participan, excepto a los nuevos empleados que aún estén a prueba. La fórmula es simple: los trabajadores pueden solicitar un aumento, el que luego se debatirá abiertamente entre todos.
“Un aspecto clave [de los salarios abiertos] no es saber cuánto ganan los otros, sino saber quién gana más que quién. Es la jerarquÃa, ¿no?”, dice Ariel Umansky.
Además, cada año el 50% de sus beneficios se reparte entre el personal. La idea es tener una jerarquÃa horizontal y ser transparente con los empleados, tanto como sea posible, por eso es que en la empresa no hay jefes propiamente tal.
No hay un director general ni gerentes dentro de los equipos, aunque hay figuras de alto nivel, conocidos como “asociados” y “maestros”.
“Como no hay jefes que decidan los aumentos, delegamos el poder al pueblo”, dice Jorge Silva, cofundador y “maestro” de 10Pines.
Según explican, no quieren tener una brecha salarial como en Estados Unidos y su fórmula se llama “sociocracia”, inspirada en el empresario brasileño Ricardo Semler y su experiencia en la transformación de la empresa de manufactura de su familia, Semco.
“En muchas empresas, los salarios se pueden fijar en la sombra. Pero de esta manera, queda claro y se rinden cuentas”, señalan.
La convirtió en una “empresa ágil y colaborativa”, con trabajadores que se encargaban de supervisar los asuntos que tradicionalmente se dejaban en manos de los gerentes. El salario propuesto se discute con aquellos que tienen una experiencia similar en la empresa para obtener su consentimiento.
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