El indignante caso ocurrió en el año 2007, cuando una jueza brasileña decidió imponer prisión a una joven acusada de robar un celular, pero en una celda con hombres.
Al ingresar, la joven recibió todo tipo de abusos por parte de los hombres de la cárcel, por lo que a los 10 días fue llevada a la sala de la jueza Clarice de Andrade, pero ella resolvió enviarla a la misma celda. Fue hasta el momento en que uno los detenidos denunció la situación que vivía la joven al Consejo Tutelar.
La magistrada recibió un oficio "en carácter de urgencia" en el que solicitaban la transferencia de la adolescente "en carácter de urgencia" por el riesgo que corría de sufrir cualquier tipo de violencia (aunque ya la había sufrido). Pese a esto, la mujer respondió el pedido 13 días después.
La menor fue violada incontables veces y los detenidos le apagaban cigarrillos en el cuerpo cuando intentaba dormir, según la prensa local.
La jueza alegó que había delegado el traslado a un subordinado del juzgado, sin embargo fue desmentido y comprobado como falso por los funcionarios.
Por este caso el Consejo Nacional de Justicia de Brasil decidió castigarla con dos años de suspensión con goce de sueldo. Inicialmente había sido condenada a jubilación obligatoria, pero se revocó la decisión.