Israel comenzó hoy a vacunar contra el coronavirus a estudiantes de entre 16 y 18 años con vistas a la reactivación del sistema educativo presencial, suspendido por el actual confinamiento.
Los cuatro seguros de salud del país iniciaron las citas a esta franja de edad tras la recomendación del Ministerio de Sanidad, en medio de una masiva campaña que ya alcanza a todos los residentes mayores de 35 años.
Hasta ahora casi dos millones y medio de residentes en Israel han recibido la primera dosis y cerca 900.000 la segunda, según cifras del Ministerio publicadas este viernes.
Más del 70% de la población mayor de 60 años fue vacunada, aunque desde el inicio de la campaña los centros dan la opción de inocular a cualquier ciudadano al final de la jornada con las dosis sobrantes que no pueden volver a guardar.
Mientras avanza la campaña de vacunación, Israel intenta controlar la tercera ola con un cierre nacional hasta febrero. La morbilidad es todavía alta pero la tasa de reproducción cayó el viernes por debajo del 1, lo que garantiza que decrezca la propagación del virus.
Los índices de positividad más altos se siguen registrando entre las comunidades ultraortodoxas judías, reacias desde el inicio de la pandemia a cumplir las medidas de distancia social. La Policía israelí ha intervenido en los últimos días en varias congregaciones de esta comunidad que derivó en fuertes enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
Desde hoy los viajeros que regresen del extranjero a Israel deben presentar una prueba PCR negativa en el aeropuerto.
Además, los procedentes de Sudáfrica, Zambia, Brasil y Emiratos Árabes Unidos no podrán hacer la cuarentena en casa y están obligados a aislarse en hoteles.
Desde el inicio de la pandemia, Israel ha registrado más de 580.000 contagios y 4.266 fallecidos por COVID-19 en una población de unos nueve millones de habitantes.
El megatest de Israel
El sistema sanitario israelí tiene cuatro organizaciones o fondos de salud parcialmente subvencionados que ofrecen servicio médico a sus socios, cuyos números nunca exceden la capacidad de los proveedores de salud, por eso ofrecen una atención médica óptima. Uno de ellos, Maccabi, ha hecho públicos sus propios datos, en los que reportaba una reducción de contagios del 60 por ciento.
“La ventaja que Israel ofrece a las farmacéuticas es que tiene un registro centralizado y digital de todos los ciudadanos que pertenecen a alguna de sus cuatro organizaciones de salud”, indicó el epidemiólogo Silvio Pitlik. “Estas organizaciones son las que se encargan también de distribuir las vacunas”, agregó.
Porque todos los israelíes pertenecen a alguna de las organizaciones de salud y sus datos están registrados, es el contexto óptimo para recibir una información completa del impacto de la vacuna, según edad, sexo y enfermedades preexistentes.
Pfizer recibirá de Israel datos generales de los vacunados y sus reacciones, y según el Ministerio de Sanidad, solo será información pública y no individual en ningún caso, lo cual permitirá a la farmacéutica tener una visión detallada de la diversa población israelí gracias a su avanzado sistema de recopilación de datos médicos.
Porque, según los profesionales sanitarios, los test clínicos no siempre dan una imagen exacta de la efectividad de la vacuna, pero sí que lo hará el examen real que está sucediendo en estos momentos.