Un lugar que está sufriendo los efectos del calentamiento global es Suiza. En los Alpes los glaciares se están derritiendo a causa del cambio climático, lo que a su vez ha dejado al descubierto cadáveres que estuvieron atrapados por décadas en el hielo.
En la última década, se han encontrado varios cuerpos que estaban sepultados en los glaciares, en una zona en la que unas 280 personas han desaparecido sin dejar rastro alguno desde 1926, dijo un portavoz de la policía suiza del cantón de Valais, donde se encuentra la montaña.
El más reciente es el cuerpo de un escalador japonés de 67, que fue hallado por un guía del monte Cervino (Matterhorn, en alemán), en los Alpes suizos, el pasado 14 de julio. Aunque todavía no ha trascendido ni cuándo ni en qué circunstancias desapareció el hombre.
Pero esta no es una novedad. El glaciar alpino Aletsch, también en el cantón de Valais, devolvió en 2012 los cadáveres de los hermanos Johann, Cletus y Fidelis Ebener, de quienes no se tenía noticia desde marzo de 1926, cuando partieron para realizar una expedición en el glaciar. Dos montañeros británicos que recorrían la zona en verano se toparon con restos humanos, botas y equipamiento de montaña, un descubrimiento que resolvió una desaparición ocurrida casi 90 años antes.
En 2014, fueron hallados casi en la cima del monte Cervino los restos de Jonathan Conville, que nunca regresó de la escalada que emprendió por la montaña en 1979. Ese mismo año fue encontrado en un glaciar del cantón de Berna el cadáver de un explorador checo, perdido desde 1974.
Un año después, también en el monte Cervino, un grupo de montañeros se topó con los cuerpos de los japoneses Michio Oikawa y Masayuki Kobayashi, desaparecidos el 18 de agosto de 1970, publica El País.
En septiembre de 2018, un empleado de la empresa Glacier 3000, que administra los teleféricos en el monte Cervino, encontró mientras paseaba por el glaciar Tsanfleuron los cadáveres congelados del matrimonio formado por Marcelin y Francine Dumoulin, desaparecido el 15 de agosto de 1942. Junto a los cuerpos, que vestían ropas de la Segunda Guerra Mundial, fueron hallados un reloj, una mochila y un libro.
Foto: Policía de Valais.