Una “implosión catastrófica” sería la causante de la destrucción del submarino Titán, sumergible que visitaría los restos del Titanic con cinco pasajeros abordo.
Este fenómeno sucede debido a la aplastante presión del agua en el fondo del océano, hasta donde los turistas descendieron para conocer el imponente barco que se hundió en 1912.
En este sentido, los especialistas señalan que, a nivel del mar, la presión atmosférica es de aproximadamente de un bar, nivel conocido como una atmósfera. Sin embargo, en la profundidad a la que se encuentra el transatlántico, la presión del agua multiplica por 400 los valores de la superficie marina.
En una implosión causada por un defecto en el casco o por cualquier otro motivo, el sumergible se derrumbaría sobre sí mismo en milisegundos, aplastado por la inmensa presión del agua. Por ello, la muerte sería prácticamente instantánea para los ocupantes.