Seis meses después de la muerte de Mahsa Amini, el ciclo de protestas y represión continúa en Irán, con revelaciones cada vez más sórdidas.
Según Amnistía Internacional, numerosos menores son víctimas de desenfrenada violencia durante su detención.
Los escalofriantes testimonios de los presos en las cárceles iraníes son conocidos por todos, y más aún desde el 16 de septiembre de 2022.
Seis meses después del inicio del levantamiento popular, Amnistía Internacional revela que algunos detenidos tienen hoy tan sólo 12 años.
Chicos y chicas, niños que tuvieron la desgracia de unirse de una u otra forma a las protestas de “Mujeres, Vida, Libertad” están pagando un precio muy alto.
“Me obligaron a decir lo que querían”
Estos jóvenes, arrancados de sus familias, dan testimonio desde varias partes del país y relatan los mismos abuso.
Palizas, flagelaciones, descargas eléctricas con pistolas paralizantes, violaciones y otras violencias sexuales, administración forzosa de pastillas no identificadas, simulacros de ahorcamiento, privación de agua y alimentos, promiscuidad extrema, falta de atención médica..
Por no hablar de las amenazas contra ellos y sus familias si se niegan a “confesar”.
En el origen de tanta crueldad están la Guardia Revolucionaria (Pasdaran), la milicia Basij, la policía de seguridad pública y diversos servicios de inteligencia.
Detienen a estos adolescentes y los llevan en secreto a centros de detención; algunos de ellos cuentan que los torturan en almacenes fuera de su vista y luego los abandonan.
“Aplastar el espíritu vibrante de la juventud”
La ONG de derechos humanos insiste en las secuelas físicas y psicológicas de este trato inhumano a los niños.
“Esta violencia ilustra una estrategia deliberada para aplastar el espíritu vibrante de la juventud del país e impedir que plantee sus demandas de libertad y derechos humanos”
Explica Diana Eltahawy, directora regional adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“Toda esta represión influye en el miedo que el gobierno quiere infundir a los jóvenes, pero también enormemente en el seno de las familias”, comenta asimismo Fanny Gallois, responsable del Programa de Libertad de Amnistía Internacional Francia.