La posibilidad de ver el paso destellante de un meteorito en cielo costarricense es casi un privilegio para muchos, hasta se le califica suerte debido a su rareza, pero pensar en adquirir y vender los restos de este cuerpo celeste genere más atención. El geólogo Gerardo Soto asegura que coleccionistas pagan mucho dinero por algunos gramos.