Alrededor de 60 migrantes murieron este domingo en el naufragio de una embarcación frente a las costas de la ciudad italiana de Crotone, en Calabria (sur).
Un incidente que se da pocos días después de que Roma aprobase una reforma para limitar el trabajo de los barcos humanitarios.
Tras la tragedia, la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, urgió avanzar en la reforma del derecho de asilo en la Unión europea.
Es necesario “redoblar los esfuerzos respecto al Pacto sobre las migraciones y el derecho de asilo, y sobre el Plan de acción para el Mediterráneo central”, dijo.
Es la eterna asignatura pendiente de la Unión Europea. La migración envenena todas las discusiones de los países que desde hace dos años intentan reformar la política de migración y asilo.
La Comisión Europea propuso en 2020 una reforma que buscaba sobre todo acelerar los retornos de las personas que no tuvieran derecho a asilo.
En caso de emergencia, si hay una gran llegada de refugiados, los países que lo deseen podrán acoger a las personas solicitantes de asilo.
o bien los que no quieran acoger a nadie, serán los encargados de devolver a las personas a sus países de origen. Una propuesta que se vio como una concesión a Hungría.
Eso sí, en ningún caso se habla de cuotas de acogida obligatorias, todas son voluntarias.
La última vez que se propuso, en 2016, fue un sonado fracaso que dejó a la convivencia entre gobiernos muy tocada. Y nadie quiere volver a hablar de ello.
En cualquier caso, nada de lo propuesto hasta ahora convence, aunque los gobiernos se han comprometido a tener la nueva ley aprobada antes de que acabe el año.
Además, en la última cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, por primera los países aceptaron financiar infraestructuras de vigilancia con dinero europeo. Es decir, abre la puerta a la creación de muros con dinero público.