Carlos Alcaraz tenía una doble cita con la historia en Estados Unidos frente a Casper Ruud en la final del US Open. Y vaya que consiguió cumplir con su promesa: le ganó al noruego por 6-4, 2-6, 7-6 y 6-3 para convertirse en el tenista más joven en la historia en llegar al número 1 del ranking mundial a partir del próximo lunes. Además, cosechó el primer Grand Slam de su carrera.
Como se esperaba el partido arrancó con mucha intensidad de cada lado. Ruud transpiró, pero pudo sostener su servicio y se puso 1-0, pero el español reaccionó pronto y dio vuelta el parcial. Aunque luego el noruego contragolpeó, primero con un punto de lujo con una volea. El ida y vuelta fue contante. El juego fue intenso y duro, pero también hubo códigos como el gesto de Ruud que reconoció tras ganar un punto que la pelota había picado afuera. El Umpire lo tomó y por su gesto el escandinavo fue ovacionado. Luego Alcaraz fue contundente para quedarse con el primer parcial y terminó arriba por 6-4.
El segundo set comenzó parejo, hasta que en el sexto game, Ruud quebró el servicio de Alcaraz para estirar su ventaje (4-2) y nunca más miró atrás en el parcial. Acto seguido, el noruego confirmó el quiebre y, tras varios intentos para salvar el set, el español hace una doble falta y le dejó servida la manga al tenista nórdico para igualar las acciones en Flushing Meadows.
Con el 1-1 en el marcador, el tercer parcial volvió a mostrar la paridad en el juego de ambos. Tanto que el parcial se estiró al tie break después de que Ruud llegó a tener un punto para set con el servicio del oriundo de Murcia. Y fue ahí donde Alcaraz mostró todo su potencial: con su drive de derecha como estandarte, el español se impuso 7-1 para ponerse al frente en el resultado y quedar a una manga de celebrar el título.
Ahora, con dos títulos Masters 1.000 en su bolsillo, Alcaraz puede hacer historia y arrebatarle el récord al australiano Lleyton Hewitt de ser el número uno más joven de la historia. Además, puede convertirse en el más joven campeón del Abierto de Estados Unidos desde que lo logró el estadounidense Pete Sampras en 1990.
Antes de este torneo, Alcaraz nunca había llegado más lejos de los cuartos de final en un ‘Grand Slam’ y tiene claro que la gestión de las emociones será clave para poner las manos en el título.
Se medirá con un Ruud, que ya fue finalista este año en Roland Garros, donde cayó ante Rafa Nadal, y que de ganar daría el salto más grande de siempre en el ránking mundial, al pasar de la séptima a la primera posición. Pero Alcaraz ya sabe lo que es ganar al noruego, al haberle derrotado este mismo año en la final de Miami y en 2021 en Marbella, ambas veces en dos sets.
“Ya le gané en Miami, soy un jugador capaz de poder ganarle de nuevo en un ‘Grand Slam’, él ya ha jugado una final de un ‘grande’, ya sabe lo que es vivir ese momento, tiene esa experiencia y para mí es nuevo”, afirmó Alcaraz tras vencer a Tiafoe.
Ruud, que ganó nueve títulos en su carrera, pero todavía ningún ‘grande’ ni Masters 1.000, llega a la final tras imponerse al ruso Karen Khachanov en semifinales.
Alcaraz, por su parte, intentará jugar esta final “como un partido más” y está a un solo paso de hacer historia. Cabe destacar que solo cuatro tenistas españoles han sido números uno del mundo: Arantxa Sánchez Vicario (1995), Carlos Moyá (2003), Juan Carlos Ferrero (2003), entrenador de Alcaraz, y Rafa Nadal (2008).