La vida de la joven atleta de 29 años dedicada al deporte cambió drásticamente en Reino Unido, luego de que los médicos que la trataban por un dolor de espalda le informaron que le quedaban solo dos semanas de vida por tener una enfermedad incurable.
Se trata de Becca Smith, quien creyó que el dolor continuo que padecía se debía a un deslizamiento de disco; sin embargo, grande fue su sorpresa cuando fue diagnosticada con cáncer de pulmón terminal.
El año pasado, Becca, una entusiasta del gimnasio, fue internada de emergencia en el hospital después de perder la vista por segunda vez. La mujer había experimentado intensos dolores de espalda y migrañas, por lo que tuvo que dejar de realizar yoga y entrenamientos de fuerza. Incluso no pudo concluir su estudio de yoga en la ciudad de Leeds, ubicado en el condado de Yorkshire.
Smith, que fue coronada Campeona de Bikini Clásico de Cumbria en 2015 y compitió en la final británica, jamás creyó que el cáncer podría ser posible.
Becca estuvo en el centro médico durante cinco días mientras los profesionales sanitarios realizaban pruebas, resonancias magnéticas, tomografías computarizadas y le hacían una biopsia de espalda en marzo de 2020. No podía ponerse de pie por su cuenta. Además necesitó de respiración artificial.
En diálogo con el portal New York Post, declaró: “Recuerdo que dos médicos se me acercaron. Cerraron las cortinas, sentía una sensación en el estómago. Solo sabía que algo no estaba bien”.
Los doctores le dijeron a Becca, una no fumadora, que tenía cáncer de pulmón en etapa cuatro. Señalaron que no había nada que pudieran hacer. Se había extendido desde sus pulmones hasta su columna vertebral, cerebro y cráneo. La mujer se enteró que le quedaban dos semanas de vida.
“Recuerdo que llamé a mi mamá y le dije que venga al hospital. ‘Es cáncer’, le gritaba”, expresó. “Mi papá se tiró al suelo, mi mamá gritaba, yo gritaba. Recuerdo que le dije a mi mamá: ‘Por favor, no me dejes morir’”, añadió.
Después de muchos cuidados en una clínica privada, fue trasladada a casa con cuidados paliativos y, a pesar de que empezó el encierro, “amigos y familiares viajaron para estar junto a mi cama para despedirse”, narró.
La hermana de Becca, Steph, de 31 años, gastó en remedios a base de hierbas en un intento por mejorar su salud tanto como sea posible, incluidos aceites de cannabis y jugos curativos.
Una semana después de que Becca estuviera en su hogar, una enfermera del nosocomio llamó para decir que habían descubierto que Becca tenía cáncer de pulmón ALK, el cual sucede cuando el gen ALK se rompe y se adhiere a otro gen. Este reordenamiento hace que las células crezcan de manera anormal y conducen a la aparición de tumores.
ALK representa el 5% de todos los casos de cáncer de pulmón. A diferencia del cáncer de pulmón típico, la mayoría de los pacientes con ALK no son fumadores y la mitad tiene menos de 50 años. Aunque no tiene cura, ALK se puede tratar con una terapia dirigida a tabletas que frena el crecimiento del cáncer.
Becca toma un fármaco denominado Alectinib que la mantiene “estable” y prolonga su vida. El medio estadounidense detalló que el cáncer le ha dejado el cerebro y el cráneo, pero una pequeña cantidad permanece inactiva en el pulmón izquierdo y la columna vertebral, y las tabletas dejan de crecer.
La deportista va al hospital todos los meses para realizarse chequeos. No se sabe precisamente cuál es su pronóstico en la actualidad. Sin embargo, ha regresado al trabajo, al gimnasio, y cuenta que “se siente más sana mental y físicamente”. “No puedo vivir mi vida con miedo”, manifestó.
“Simplemente me siento como en este nuevo camino; en lugar de ayudar a las personas en el fitness, espero usar mi diagnóstico para ayudar a las personas. Miro todo de manera diferente ahora. No me preocupo ni me estreso por las cosas que solía hacer”, enfatizó.