Redacción NR
Doña Irma Zeledón, se resguarda del sol mientras el resto de su familia llega al sitio para empezar a levantar su ranchito.
Ella es una de las 300 familias vecinas de la Carpio que decidieron apoderarse de este antiguo tajo.
Son alrededor de dos mil personas, entre niños, jóvenes, adultos y adultos mayores.
Con cuerdas, alambre o cintas demarcaron sus lotes.
Con latas, tablas, plásticos, rótulos, tiendas de campaña y cualquier material disponible empezaron a establecerse, pese a que no cuentan con agua ni electricidad.
En su mayoría pagan altos alquileres por cuartos en la Carpio y aseguran que ya no pueden hacer frente a los pagos.
La policía municipal frenó por un momento la invasión, sin embargo, una vez que se marcharon del sitio continúo la repartición del terreno.
El terreno es propiedad de un argentino con varios años de no vivir en el país.
Se sitúa al costado sur del relleno sanitario de ebi.
Durante las noches se alumbran y calientan con hogueras, de momento se abastecen de agua en uno de los primeros ranchos construidos donde ya cuentan con el servicio.